martes, 9 de septiembre de 2014

En números rojos


Tengo en números rojos
no sólo la cuenta bancaria
que también
tengo en números rojos el alma
el corazón, las entrañas
todo lo que he vivido
es rojo.

Es rojo de la sangre derramada
de un perdedor, un absurdo soñador
del que cree en finales épicos intermitentes:
una conexión que podría sobrevivir
al tiempo, a terceros, a la gente
a las sociedad, a las metas
a las etiquetas, a la distancia
en definitiva
a todo lo absurdo de los instintos
y de aquello que hemos creado
para entretenernos.

Como si sirviese de algo lo que haces
más que ocio y creencias absurdas.

Tengo roja la conciencia
los ojos, mi falo.

Tengo
ganas de llorar lágrimas de sangre
ganas de arrancarme el neocórtex
dejar de entenderlo todo
porque el final es el mismo:
o aceptas convenciones absurdas
o prima lo mundano y superfluo.

Todo lo que siento
y lo que a todos les vale
es la misma mierda
rojo sangre putrefacta
a fin de al cabo
todo vale...
y ahora llora
gilipollas.


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