sábado, 2 de febrero de 2008

Momentos irreversibles que fluyen e influyen

Necesito escuchar la brisa de la mar, el silencio sin silencio que predique el verbo amar...Todo da lo mismo pero importa...
No estoy seguro. Mi idea es blanca y es negra. Hace apenas un momento, horas o minutos, era gris. Pasa el tiempo y se que nadie se unirá a mi baile, pero no, de pronto alguien está bailando conmigo... ¿Percibo por los sentidos que baila igual o siento que baila igual? Eso me lo tendrá que decir quién se acercó, ¿o primero tendré que decirlo yo? Quizá los dos seamos artífices de ese baile desde el momento que comienza a sonar la música pero, ¿cuando comenzó a sonar la música, el baile?, ¿cuando estoy bailando solo y cuando estoy bailando con alguien?... a veces lo siento, otras no. Ahora estoy bailando solo y con alguien; ayer bailaba contigo y sin nadie. Si voy frase por frase desdiciendo todos los bailes con todas las personas, animales o cosas, sigo igual, no importa. Todo ha sucedido de manera imprevisible o aparentemente previsible. Ya es irreversible. Te miré y cambió todo. Te dejé de mirar y volvió a cambiar. ¿Quién soy? Hace un minuto sabía quién era. Ahora no lo sé. Dentro de dos minutos volveré a saberlo. Da lo mismo, no importa nada. Hoy estoy contigo y mañana puede que no esté. Hoy te siento, me sientes, y nuestros cuerpos no están juntos. Hace pocos días nuestros cuerpos estaban juntos, inseparables, como parte del mismo fluido. Hoy están disjuntos. Nuestros sentimientos son inconmensurables hoy, ayer, mañana... pero hubo un momento, quizá varios momentos en los que no lo fueron. En un nuevo mañana podrán volver a unirse pero no será lo mismo. Será mejor, esperanzador. Sera peor, desesperanzador. Hoy no me encuentro a mí mismo. Ayer no lo llegué a conseguir. Mañana puedo acercarme. Puedo tocar esa estrella, el alma. Y tú no estás pero te siento. Estabas y no te sentía. El cielo llora por las esquinas del espacio, en el tiempo subjetivo de tu abismo. Nos ahogamos en el mismo abismo pero en parcelas diferentes. Todo vale para salir de allí. Sales cuando lo sientes. Sales sin salir. Lo ves y no lo sientes. Lo sientes y no lo ves. Es más, puedes sentirlo, tocarlo. Déjame sumergirme en el silencio por si me susurra el principio de la vida. Dios está ahí, no lo puedo tocar pero lo siento. De pronto no hay nada y no lo siento. ¿Qué es lo que he sentido? ¿Eres tú o soy yo? Perdón, me ha sonado el móvil. Busco coche, moto, piso... trabajo para ello. Bienes muebles e inmuebles que llenan arcas de lujuria y no sexual... ojalá fuese sexual, afectivo, emocional... la vía de escape del tedio contemporáneo, el materialismo; el mecanicismo morboso que da el marketing de la perdición. Todo es una hebra superficial que abstrae de la hidráulica mental en la que puedes caer sumergido. Vivir la realidad que compras con divisas. La otra no tiene precio y no es alcanzable con plenitud. La alcanzas, si, pero es un bucle cerrado, una hebra de lo real. Puede valer, eres feliz, tú... tú que puedes, simplifica. En el momento que asimiles que lo tuyo no es todo, ni tan siquiera una parte, puedes caer... Aún así, sigue adelante. Estamos donde todo vale, donde todo da lo mismo, donde nada sirve a todo... ¿Es por tí esta locura o es por mí? Se la respuesta pero no quiero responderla. No soy capaz de valorar la otra respuesta. No puedo dar la otra respuesta. El príncipe azul falaz que no valora su beso y tu despertar. Si no estás vales más, vales un momento. Si estás, el continuo fluye y dejamos de estar. Puede valer, hay vida, hubo vida, ya no hay nada. Hay pero no es lo que puedo ser y ya es irreversible. Dime tú respuesta sin palabras. Muéstrame tu silencio sin tocarme. Ayúdame a entender que lo que sientes es lo que debo sentir yo. Que es lo único importante. Que no es mecánico. Que tiene vida y fluye. Es irreversible pero fluye. Si no soy capaz de sentirlo, vivirlo, entenderlo, déjalo estar... Mi alma está pegada a mi cuerpo. No me cuentes patrañas dualistas. Valoras todo, no una parte. No puedes responder por qué pero lo sientes. Hay quién no siente nada por que está desganado de todo. Decepción en lo más profundo desde que era una célula ínfima. Tiene vida y no tiene. Puede que no sea aquello que buscas. El cielo lloró y borró tu nombre escrito en la arena... y tú vuelves a escribirlo. Lo estoy viendo y puedo sentirlo por momentos. Y al final lloras con el cielo, a solas. No es lo que sentías, lo que buscabas. La otra parte está confusa. Quiere libertad. Falsa libertad confusa y llena de incertidumbre. Antes quería lo mismo, ahora no. Ahora quiere lo mismo y quiere libertad. Quiere todo y no quiere nada. Solo puede callar y seguir su baile. Quizá lejos, muy lejos, eche de menos ese baile que forjamos juntos. Ese baile que tú sentías utópico. Que yo seguía sus pasos a trompicones. Nuestros pasos son incompatibles pero el baile retornaba a su armonía. Estaba cerca de la armonía que buscabas. Pero he vuelto a caer. Consigo levantar el cuerpo y el alma sigue en la arena. Se levanta el alma y el cuerpo cae. No hay sincronía de latidos. Si lo hubo y lo habrá. No es una predicción, los momentos volverán a resurgir. No será lo mismo pero será algo. Respondo a tientas. Déjame fluir y fluye tú. No llores con el cielo, ni llores sola. No sabemos cuando comenzó y nunca se sabrá cuando terminará. Escucha tu ruidoso silencio y podrás acercarte a mí en el caos. No hay solución viable. Te echo de menos y sin embargo, quién no está soy yo...
Necesito escuchar la brisa de la mar, el silencio sin silencio que predique el verbo amar...Todo da lo mismo pero importa...

Entrada original: 23 de marzo de 2007 a las 13:40:37.

viernes, 1 de febrero de 2008

Desdiciendo el 19 de Noviembre

Me desdigo,
ya no puedes verme por que no me conoces,
porque lo he desdicho;
es como si hubiese visto a Lorca,
es lo mismo que ya había,
es mucho más, es dejarlo igual.
He empezado por mi primer paso cuando pedí su número,
ya es como si no lo tuviese en mi agenda.
He desdicho mis palabras para no verla más.
He desdicho la primera cita, y luego todas las demás.
Voy a ir beso por beso, aunque quite hasta los tuyos, hasta ahora,
deshaciendo cada beso, cada risa y silencio. Son... historia.
Al llegar a este momento duro,
y si no me arrepiento
tendré que desdecirlo.
Desdecir este momento y volver al comienzo,
deshaciendo su presencia hasta dejarlo todo como estaba.
Y habrá besos por besos, no son tuyos, son extraños, es el precio,
que pago, por deshacerla, desde ella hasta ti, y ahora,
lloramos mientras besamos, otros labios y cuerpos. No…








Referencia: Modificado de Astrud (2004). Performance: Me desdigo.

Entrada original: 10 de febrero de 2007 a las 19:28:50.